Dando Sentido al Sufrimiento Humano Junto a un Dios de Amor
Sufrimiento humano.
Luchamos con la existencia del sufrimiento, especialmente cuando se trata de nosotros “Si Dios es tan amoroso, ¿por qué dejó que esto me pase a mí?
¿Hay alguna explicación para el sufrimiento humano? Una que tenga sentido y una que nos ayude a entender el papel de un Dios amoroso en tal sufrimiento?
Ese es el propósito de este folleto.
Esta no es una explicación abstracta y esotérica; está escrito por alguien que ha tenido que enfrentar estas preguntas en la vida real.
La mejor parte: al final, uno se queda con un claro entendimiento del sufrimiento que puede llevar a una vida con verdadero significado y genuina esperanza.
Todos los que nacemos de una mujer
vivimos muy poco y sufrimos demasiado.
Somos como las flores: al cortarlas se marchitan;
somos como sombras: efímeras y pasajeras.
~ Job 14:1-2 (RVC)
Aflicción, sufrimiento, problemas, dolor de todo tipo, como quieras llamarlo, el padecimiento humano incluye bastante. A la gente le pasan cosas muy malas, y las personas hacen cosas muy malas también. Estos hechos pueden crear una barrera para creer en Dios, incluso cuando otra evidencia sugiere fuertemente un Creador. Nuestro pensamiento tiende a ser: “Si hay un Dios, ¿por qué hay sufrimiento a nuestro alrededor?” y la misma pregunta cuando es personal: “¿Por qué estoy sufriendo?” o “¿Por qué sufren las personas que amo?”
No hay respuestas simples a preguntas tan importantes sobre la vida, pero la Biblia sí las da. Dios no nos pide que creamos y aceptemos sin razón y nos ayuda a obtener una comprensión genuina cuando nos tomamos el tiempo para escuchar.
Empecemos Desde El Principio
La respuesta de la Biblia a estas preguntas difíciles: “¿Por qué estoy aquí?” “¿Por qué hay sufrimiento?” – comienza en Génesis, que significa, apropiadamente, “comienzos”. Los primeros capítulos de la Biblia describen la creación del universo y la vida, seguido de cómo todo salió mal. Dios parece saber las preguntas que tendremos porque comienza a responderlas de inmediato.
Las primeras palabras de la Biblia nos dicen que Dios tiene un poder inimaginable: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). Esto es seguido por una serie de actos creativos logrados con sólo pronunciar la palabra y llevarla a cabo.
Mucho más tarde, Dios explica el por qué había creado:
Porque así dice el Señor que creó los cielos, Él es el Dios que formó la tierra y la hizo, Él la estableció y no la hizo un lugar desolado, sino que la formó para ser habitada: Yo soy el Señor y no hay ningún otro. (Isaías 45:18)
Dios hizo este mundo para ser habitado, especialmente por hombres y mujeres. Esto es evidente en el propio relato de la creación. El acto creativo final es este:
Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sojuzgadla; ejerced dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra. (Génesis 1:27-28)
Dios dio vida al hombre y a la mujer, todos los recursos de la tierra, y “dominio” o autoridad sobre ella. El concepto de “dominio” significaba que tendrían un poder ilimitado para elegir. Dicho de otra manera, se les dio libre albedrío. Fue un don increíblemente amoroso y generoso, pero también potencialmente peligroso.
Elecciones y Consecuencias
El regalo de Dios vino con una condición, que Él declaró en un lenguaje muy claro:
Entonces el Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el huerto del Edén, para que lo cultivara y lo cuidara. Y ordenó el Señor Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás. (Génesis 2:15-17)
¡Sólo una restricción! Estaban aprendiendo lo que era bueno a los ojos de Dios, pero en desobediencia, también aprenderían el mal. Más aún, también perderían el don de Dios de la vida. Su poder para elegir era el suyo. Sin embargo, si lo ejercitaran al desobedecer, habría consecuencias. “Pecado” es el término bíblico de desobedencia a Dios. En el Nuevo Testamento, la consecuencia se describe de esta manera: “la paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23).
Adán y Eva estaban aprendiendo lo que era bueno a los ojos de Dios, pero en desobediencia, también aprenderían el mal…
Es posible que hayas escuchado lo que sucedió después. Ellos desobedecieron. Dios los confrontó y admitieron lo que habían hecho. En este punto nos encontramos por primera vez con un concepto bíblico fundamental, la gracia. Dios podría haberles hecho morir en ese momento, pero en lugar de eso mostró misericordia.
Los dejó vivir. Él todavía quería que su tierra estuviera habitada, e iba a proporcionar una manera de que sucediera a pesar del fracaso del primer hombre y mujer.
Vemos esto cuando Dios comienza a exponer las consecuencias de su pecado: ¡Dios comienza con una promesa! Una “semilla” nacería de la mujer que destruiría el pecado. El pecado introdujo la muerte en la experiencia humana, así que al abordar su raíz, podemos restaurar la vida. En la primera promesa divina después de la caída de la humanidad, la esperanza ya está sembrada (Génesis 3:15)
Siguiendo su promesa, Dios detalla cómo será su vida ahora: tendrían dolor y dificultades, y finalmente, morirían.
Maldita será la tierra por tu causa; con trabajo comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y abrojos te producirá, y comerás de las plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. (Génesis 3:17-19)
A pesar del sufrimiento que esto traería a Adán y Eva, hay un notable don de gracia en estas consecuencias: ahora tendrían una vida entera en la que vivir, amar y trabajar otorgaría la esperanza de reconciliarse con su Creador.
Nuestra Herencia
El pecado es la explicación de la Biblia del por qué hay sufrimiento en el mundo.
Desafortunadamente, lo que eligieron Adán y Eva no sólo los afectó, también afectó a sus descendientes.
Hay esperanza de vida sin pecado, sufrimiento y muerte, y hay evidencia para creer que es real.Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y la muerte por el pecado, así también la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos pecaron. (Romanos 5:12)
Es un círculo vicioso de pecado y muerte, con todo el dolor y sufrimiento que estos males gemelos traen a nuestro mundo.
La Biblia es un registro de cómo Dios continúa trabajando con nosotros para salvarnos de este ciclo de pecado y muerte. La esperanza insinuada anteriormente en Génesis 3:15 se revela con mayor detalle en el resto de la Biblia. Dios todavía tiene la intención de tener su tierra habitada.
Hemos visto que “la paga del pecado es muerte”, pero esa no es la última palabra. Le sigue, “pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor.” (Romanos 6:23).
Inmediatamente después de que se nos dice la forma que ganamos la muerte, por nuestra desobedencia aprendemos que Dios quiere darnos un don. No cualquier don, sino el don, el don de la vida, para siempre. Es un don para hombres y mujeres con fe en Cristo que se basa en la evidencia que Dios proporciona.1Lee ¿Hay Realmente un Dios Viviente? El por qué tiene sentido creer en esta serie acerca de este tema.Entonces, aunque la vida implica sufrimiento ahora, la Biblia dice que la vida no es inútil o sin sentido. Hay esperanza de vida sin pecado, sufrimiento y muerte, y hay evidencia para creer que es real.2Otro folleto en esta serie, Morir para Vivir- ¿Hay respuesta a nuestra mortalidad? Explora esta esperanza aun mas.
El Gran Panorama
Si bien es difícil ser objetivo cuando nosotros, o las personas que amamos, sufrimos, dar un paso atrás para ver el panorama general puede ayudarnos a comprender por qué está sucediendo.
Una parte de la imagen es que Dios puso en práctica las leyes físicas de la naturaleza. Estas fuerzas son confiables y nos permite funcionar. Si las leyes de la física no fueran confiables, la vida no sería posible. ¡Piensa por un momento cómo sería el universo sin la ley de la gravedad!
Sin embargo, estas mismas fuerzas a veces conducen a tragedias como terremotos o inundaciones, o mutaciones que resultan en enfermedades congénitas o cáncer. A veces las personas ignoran las poderosas fuerzas de la naturaleza en lugar de respetarlas. ¿De qué otra manera podemos explicar por qué construimos viviendas en zonas de terremotos o inundaciones? ¿Por qué participamos en comportamientos que hacen que el cáncer sea más probable?
Otra parte importante de la imagen es el sufrimiento que proviene directamente de las elecciones que hacemos. Muchos de los problemas en nuestras vidas son auto impuestos. Todavía tenemos libre albedrío y “dominio” en la vida, pero a veces somos miopes, tomamos decisiones imprudentes y hacemos cosas que nos perjudican a nosotros y también a los demás.
Tenemos la responsabilidad del planeta que Dios nos ha dado. No podemos culpar a Dios por lo que hace la gente malvada, aunque nos sintamos inclinados a hacerlo. Como dijo el sabio Salomón: “La insensatez del hombre pervierte su camino, y su corazón se irrita contra el SEÑOR.” (Proverbios 19:3)
Las personas cometen asesinatos, asaltos y robos. Luchan en guerras, infligen crueldades y son negligentes e indiferentes a los demás. Los seres humanos actuamos por codicia, interés propio y odio. Tenemos la capacidad de tener un comportamiento mucho mejor, pero esta maldad proviene de nuestra propia naturaleza. El término “naturaleza humana” rara vez se usa en el buen sentido.
A la luz de esto, ¿podemos realmente discutir con la evaluación que Jesús hace de nosotros?
Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Porque de adentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, avaricias, maldades, engaños, sensualidad, envidia, calumnia, orgullo e insensatez. Todas estas maldades de adentro salen, y contaminan al hombre. (Marcos 7:20-23)
¿Por qué Dios Permite el Sufrimiento?
La Biblia es clara: existen problemas y sufrimiento porque Dios los hizo parte de la experiencia humana. También dice que Dios es amoroso y amable. Algunos pueden ver una contradicción aquí que no se puede reconciliar,3Para aquellos que desean una consideración más profunda de este problema, vea otro folleto de esta serie: ¿Puede Existir Dios en un Mundo Lleno de Maldad? pero quédate conmigo y veamos este problema juntos.
Primero, muchos de los que están enojados con Dios por sufrir en este mundo, probablemente se opondrían a que les quitaran su libre albedrío. Sin embargo, detente un momento y considera esto: el libre albedrío debe incluir la capacidad de usar las fuerzas de la naturaleza tanto para el mal como para el bien.
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El libre albedrío requiere que seamos tan capaces de diseñar y usar armas para matar como de diseñar y usar vacunas para salvar vidas. Si Dios interviniera para evitar todo acto cruel, violento o inmoral, no tendríamos libre albedrío de ninguna forma. Dios nos hizo independientes, seres pensantes, con dominio genuino. Crearnos fue un acto de amor de su parte. A cambio, Él está buscando nuestro amor por elección propia.
Segundo, considera el valor práctico del dolor. La analgesia congénita, la incapacidad de sentir dolor, puede hacer que las personas, especialmente los bebés y los niños, se lastimen gravemente sin saberlo. También puede causar una variedad de condiciones secundarias que pueden conducir a la muerte. El dolor es valiosísimo.
Nos advierte y nos impulsa a hacer o dejar de hacer algo y recibir tratamiento. Eso nos enseña a evitar repetir comportamientos dañinos.
No nos gusta el dolor y queremos evitarlo. De hecho, ese es el punto. La existencia de dolor en nuestras vidas es en realidad una bendición. Es un Dios amoroso, no un Dios despiadado o vengativo, que nos da dolor.
Permíteme ampliar esta idea.
Supongamos que no hubiera consecuencias por ninguna elección que hiciéremos. Imagina un niño quien nunca experimenta ninguna forma de desaprobación y que no tiene el concepto de lo correcto o incorrecto. ¿Sería feliz? ¿Seria este niño capaz de funcionar como adulto?
Ahora extiende esto a una sociedad. ¿Cómo sería una sociedad si no tuviera leyes o estándares, y por lo tanto, no tuvieran consecuencias? No tenemos que imaginarlo.
Las sociedades sin ley han existido, y fueron llenos de violencia y condenado al colapso4Todos queremos justicia; queremos que las personas que hacen el mal no se salgan con la suya para siempre. Algunos en la Biblia se sentían como nosotros: Job 21:7-21. Salmos 37, Salmos 73, Eclesiastés 8:11-14, Jeremías 12:1-4, Habacuc 1:13-17..
Ahora, hagamos esto aún más personal. Si nosotros nunca tuviésemos problemas, dificultades o enfermedades, ¿estaríamos felices y satisfechos? Satisfacción en esta vida a menudo proviene de enfrentar la adversidad o dificultad. Admiramos a las personas que han superados sus problemas e intentamos ser como ellos. Más al punto, si la vida siempre fuese fácil, ¿buscaríamos alguna vez una relación con Dios? Probablemente no. Yo creo que simplemente lo ignoraríamos. ¡Ese no es el resultado que Dios quiere!
Un Beneficio Inesperado
Estos son algunos pasajes de la Biblia desconcertantes:
Bueno es para mí ser afligido, para que aprenda tus estatutos. (Salmos 119:71)
He aquí, por mi bienestar tuve gran amargura; eres tú quien ha guardado[a] mi alma del abismo de la nada, porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados. (Isaías 38:17)
Tened por sumo gozo, hermanos míos, el que os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia, y que la paciencia[e] tenga su perfecto resultado, para que seáis perfectos y completos, sin que os falte nada. (Santiago 1:2-4)
Nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza. (Romanos 5:2-4)
Si versos como estos no aparecieran tan a menudo en la Biblia, podríamos descartarlos, pensando que no tienen mucha relevancia. Sin embargo, realmente no son tan diferentes que el dicho popular, “Lo que no nos mata, nos hace más fuertes”.
El camino del crecimiento se pavimenta con piedras de dificultad. Tan profundo es el amor de Dios por nuestra transformación, que no nos protege de los desafíos, sino que nos acompaña permitiéndonos experimentar situaciones límite que nos impulsan hacia Su abrazo.
Los escritores de los antiguos pasajes bíblicos no afirmaron que fuera fácil, pero ellos al final comprendieron el punto. El salmista dijo que la aflicción lo hizo que aprendiera. El profeta Isaías dijo que su amargura resultó en paz, no es acaso una mejor perspectiva. El apóstol Santiago dijo que las pruebas produjeron paciencia, y nos dijo también dónde podríamos obtener ayuda para entender nuestras pruebas. Finalmente, el apóstol Pablo escribió que hay un proceso iniciado por el sufrimiento que desarrolla el carácter y el resultado final de esta formación de carácter es una gran confianza, tanto en la obra de Dios en este momento dentro de nuestras vidas, como en la certeza de sus promesas para el futuro. Esta es la verdadera esperanza.
¿Cómo La Aflicción puede conducir a la Esperanza?
¡Cómo en realidad! Parece que la aflicción haría todo lo contrario, produciendo desaliento. Dios dice que nos ama y está trabajando activamente con la humanidad, tal como lo haría cualquier padre amoroso. Él está trabajando para atraernos directo hacia él.
Proceso según la intención de Dios | Proceso según nuestro punto de vista |
---|---|
Dios nos creó con el poder de elegir, deseando que escogiéramos amarlo y honrarlo al escuchar su instrucción. El don de la vida fue condicionado; la justicia de Dios no podía permitir que el pecado resultara en la inmortalidad. | Valoramos mucho nuestra libertad, pero reconocemos que cuando el libre albedrío se ejerce de maneras dañinas en nuestras sociedades y familias, debe haber consecuencias. |
Nuestros primeros padres eligen el pecado. Dios había dejado claras las consecuencias, por lo tanto, la muerte tenía que entrar en vigor. | Somos dolorosamente conscientes de que no somos perfectos, que es sólo otra forma de decir que pecamos. Podemos ver que el mundo está lleno de malas acciones, algunas de ellas totalmente atroces. |
Dios, en Su amor, en lugar de destruir a la humanidad, nos dio una salida. Proporcionó esperanza, en la forma de una promesa de que el pecado y la muerte serían aplastados por una descendencia prometida de la mujer. | Si tenemos conciencia, y si somos honestos con nosotros mismos, admitiremos que la humanidad necesita desesperadamente una salida. Nosotros mismos lo necesitamos personalmente. Yo lo necesito, pero no todos estamos dispuestos a ser tan honestos, y este es el lugar en que muchos se detienen. |
Sin embargo, tenía que haber consecuencias, y éstas incluían problemas y sufrimientos, lo que llevó a la muerte. | Al estar demasiado familiarizados con el dolor y el sufrimiento, estamos tan conscientes de nuestra mortalidad, elegimos seguir buscando una explicación. Surgen un montón de razones, la mayoría simplistas, y en última instancia dejan mucha insatisfacción. Este es otro lugar donde muchas personas se detienen, porque se sienten satisfechas con algo que no exige mucho que analizar y así evitan una incómoda autoevaluación. |
La intención de Dios era que el problema y el inevitable final de cada vida nos llevaran a buscarlo, y Su solución al pecado y a la muerte. Todavía tenía que ser por libre elección. Sabía que sin las dificultades, sin el límite de tiempo de la vida, nuestra naturaleza humana no le respondería. | Aquellos que eligen seguir encuentran que la esperanza presentada en la Biblia es realmente satisfactoria. Da sentido a lo que vemos en nosotros mismos y a nuestro alrededor que además nos conduce a un destino: es un camino al fin del pecado, el fin de la muerte y una esperanza de vida eterna. Los problemas nos recuerdan, todos los días, que esta vida no es la que realmente importa, o la que realmente perdura. |
Para aquellos que responden, que eligen alinearse con Dios, ofrece la vida eterna. Quiere pasar la eternidad con esas personas, es por eso que nos creó, pero sólo serán aquellos que quieran obtener la eternidad con él. | Esta perspectiva nos acerca a Dios, ¡y precisamente porque nos ama, ese es el punto! |
El escritor de la Carta a los Hebreos resume el propósito del sufrimiento para aquellos que reconocen que es una preparación para la vida eterna:
Porque el Señor … disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Es para vuestra corrección que sufrís; Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo hay a quien su padre no discipline? Pero si estáis sin disciplina, de la cual todos han sido hechos participantes, entonces sois hijos ilegítimos y no hijos verdaderos. Además, tuvimos padres terrenales para disciplinarnos, y los respetábamos, ¿con cuánta más razón no estaremos sujetos al Padre de nuestros espíritus, y viviremos? Porque ellos nos disciplinaban por pocos días como les parecía, pero Él nos disciplina para nuestro bien, para que participemos de su santidad. Al presente ningun] disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza; sin embargo, a los que han sido ejercitados por medio de ella, les da después fruto apacible de justicia. (Hebreos 12:6-11)
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Job
Comenzamos este folleto con un lamento de Job (ver el interior de la portada). Creo que es significativo que uno de los primeros libros de la Biblia trate sobre este hombre “intachable” (Job 1:8) que soportó un tremendo sufrimiento y dolor. Dios sabe que realmente luchamos con esto. ¿Por qué le pasan cosas malas a la gente buena?
Resumamos rápidamente la experiencia de Job:
Dios dice que Job es excepcionalmente justo, sin culpa. Luego Job es acusado de que la razón de tal bondad es porque él tiene una vida próspera y fácil. Dios demuestra que esto no es así, despojándolo de todo, incluso de sus hijos y su salud. Los “supuestos” amigos lo acusan de ser un terrible pecador, ¿por qué más Dios traería tal desastre sobre él? Job sabe que esto no es así, y él permanece fiel, pero se pregunta por qué tiene que soportar un sufrimiento tan terrible. Exactamente la pregunta que todos nos hacemos.
En medio del sufrimiento de Job, Dios le hace preguntas que requieren introspección. Para crédito de Job, su amargura junto con el interrogatorio le ayuda a estar aún más cerca de Dios.
Al final del libro, se les dice a los “amigos” de Job que ellos no tenían la razón, y se muestran claramente sus suposiciones incorrectas y falsas acerca del sufrimiento.
El crecimiento espiritual de Job muestra la efectividad del proceso del que hemos estado hablando. La primera reacción a su sufrimiento es la aceptación, ¡una actitud muy madura! A medida que aumentan sus pruebas, cuestiona más y se lamenta aun más, pero al final confiesa que no entendía lo que le estaba sucediendo.
He declarado lo que no comprendía, cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no sabía. (Job 42:3)
Al final, Dios bendice a Job y restaura su vida. La experiencia de sufrimiento de Job es en realidad un viaje espiritual el cual otorga visión y crecimiento en su relación con Dios.
¿Qué podemos aprender de las experiencias de Job? Primero, el sufrimiento en nuestras vidas puede ayudarnos a crecer espiritualmente y acercarnos a Dios. En segundo lugar, sacar conclusiones apresuradas sobre por qué otra persona está sufriendo está completamente fuera de lugar. Además de esto, las pruebas que atravesamos podrían terminar ayudando a otros, como sucedió con los amigos de Job. Quizás lo más importante es que, en lugar de estar enojados con Dios cuando estamos sufriendo, podemos imitar la actitud humilde de Job. Entonces, entenderemos que aunque nuestra perspectiva es limitada, Dios puede ver el resultado beneficioso a largo plazo de las pruebas en nuestras vidas.
Aquí está el reflejo de un escritor del Nuevo Testamento:
Mirad que tenemos por bienaventurados a los que sufrieron. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el resultado del proceder del Señor, que el Señor es muy compasivo, y misericordioso.” (Santiago 5:11)
Jesús
El sufrimiento de Jesús presenta un desafío aún mayor a nuestro pensamiento. Jesús es el único hombre que nunca pecó. ¿Cómo puede haber sido para un ser tan justo como él haber tenido que soportar una ejecución tan despiadada, o en realidad cualquier otro tipo de castigo?
Para responder a esta pregunta, es útil saber quién era Jesús y quién es.5El lector podría encontrar útil un folleto sobre Dios y Su Hijo: “¿Quién es el Dios Viviente?” Consulte la información de contacto al final de este folleto. Nació como Hijo de Dios. También era (como se solía decir) el Hijo del hombre. Heredó de su madre la misma naturaleza que todos tenemos con sus debilidades y tentaciones, culminando finalmente en su muerte:
Por tanto, tenía que ser hecho semejante a sus hermanos en todo, a fin de que llegara a ser un misericordioso y fiel sumo sacerdote en las cosas que a Dios atañen, para hacer propiciación por los pecados del pueblo. … Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo como nosotros, pero sin pecado. (Hebreos 2:17, 4:15)
Para cumplir su misión, Jesús tenía que tener la misma naturaleza que nosotros y la misma experiencia con la tentación y el sufrimiento. Fíjate también que experimentó todo esto sin jamás pecar. ¡Esta es su gran victoria!
Cristo, en los días de su carne, habiendo ofrecido oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que podía librarle de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente; y aunque era Hijo, aprendió obediencia por lo que padeció; y habiendo sido hecho perfecto, vino a ser fuente de eterna salvación para todos los que le obedecen. (Hebreos 5:7-9)
De qué estamos hablando? Primero, Jesús realmente sabía y sentía plenamente la debilidad de su carne. Y segundo, necesitaba ser salvado de la muerte. La experiencia del sufrimiento dio forma al Hijo de Dios. Por sus experiencias aprendió a obedecer a Dios: nunca cedió al pecado. A través de su confianza y obediencia Dios fue capaz de perfeccionarlo para siempre. Dios lo resucitó de entre los muertos y le dio la victoria sobre el pecado y la muerte permanentemente. Esta obra de Cristo finalmente rompió el dominio del pecado y la muerte sobre la humanidad.
En consecuencia, la victoria no fue sólo para sí mismo, sino también para todos nosotros si deseamos pertenecerle:
Para lograr su misión Jesús tuvo que poseer la misma naturaleza que tenemos y sufrir la misma experiencia con la tentación y sufrimiento… Él experimentó todo esto sin haber pecado. ¡Esta es su gran victoria!
ero vemos a aquel que fue hecho un poco inferior a los ángeles, es decir, a Jesús, coronado de gloria y honor a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios probara la muerte por todos. Porque convenía que aquel para quien son todas las cosas y por quien son todas las cosas, llevando muchos hijos a la gloria, hiciera perfecto por medio de los padecimientos al autor de la salvación de ellos. (Hebreos 2:9-10)
El punto inmediato a considerar aquí es este: incluso en el caso del hombre perfecto, el sufrimiento tenía un lugar crucial, tanto en su propio desarrollo personal como en salvar la vida de innumerables personas.
Se nos aconseja tomar en serio el ejemplo de Jesús al enfrentar nuestras propias dificultades incluyendo el maltrato:
Pues ¿qué mérito hay, si cuando pecáis y sois tratados con severidad lo soportáis con paciencia? Pero si cuando hacéis lo bueno sufrís por ello y lo soportáis con paciencia, esto halla gracia con Dios. Porque para este propósito habéis sido llamados, pues también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus pisadas, el cual no cometió pecado, ni engaño alguno se halló en su boca; y quien cuando le ultrajaban, no respondía ultrajando; cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba a aquel que juzga con justicia. (1 Pedro 2:20-23)
Si aprendemos obediencia a través de las cosas que sufrimos, siguiendo el ejemplo de Jesús, el mismo resultado — la resurrección y la vida eterna — también puede ser el nuestro.
…nuestra perspectiva es limitada como seres humanos, en cambio Dios puede ver el resultado beneficioso a largo plazo de las tribulaciones en nuestras vidas.
Reflexiones Finales
Este es un tema muy amplio. He tratado de compartir algunos principios bíblicos claves que me han ayudado a entender la razón de tantos problemas y aflicciones en nuestras vidas. Espero que estos principios te ayuden a ti también.
- Hemos visto que la raíz del sufrimiento es la rebelión humana contra Dios: el pecado. Él nos dio la vida, este planeta y el poder de elegir. Lamentablemente, nuestros primeros padres eligieron seguir su propio camino, alejarse de Dios.
- Las consecuencias que Dios impuso fueron justas a pesar de lo que pensemos. Estos incluyen todos los problemas que tenemos, y por último la muerte misma. Dios podia desecharnos directamente, en cambio, ofreció la esperanza de una solución. Este es un reflejo de su amor y gracia.
- Mucho de lo que nos angustia es causado por seres humanos, incluido el que vemos en el espejo.
- Hay valor en los problemas y tragedias. El dolor nos puede enseñar. El recuerdo de nuestros fracasos y nuestra mortalidad son instructivos. Si lo permitimos, estas cosas pueden acercarnos a Dios, que es Su intención al ponerlas en nuestras vidas.
- Jesús no “merecía” sufrir porque nunca pecó. Pero el sufrimiento puede beneficiar a otros, y en el caso de Jesús, es lo que se logró: la derrota del pecado y la muerte.
- Dios es el Juez justo. En el pasado, y en el futuro, Dios ha ejecutado su juicio sobre aquellos que lo rechazan. Ellos han ejercido su poder de elección.
- El punto más importante de todos es que se ha prometido el fin de todo sufrimiento. Esta es la esperanza que se nos ofrece y, francamente, sin ella no quedaría nada más que desesperación. Con esta hermosa esperanza podemos soportarlo todo.
Él enjugará toda lágrima de sus ojos,
y ya no habrá muerte,
ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor,
porque las primeras cosas han pasado.
(Apocalipsis 21:4)